El hombre depende del clima; hasta ahora, el clima no había dependido del hombre. Sólo en los últimos dos siglos se considera la posibilidad de que las actividades humanas alteren los masivos fenómenos meteorológicos. Ya en 1826, el físico y químico Svante August Arrhenius afirmó que “los combustibles fósiles podrían dar lugar o acelerar el calentamiento de la Tierra entre uno o dos grados centígrados, entre dos y tres mil años”
↧